"Entrenando a los entrenadores"


Redactado en noviembre de 2018


Entrenando a los entrenadores

La Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA) ofrece 40 cursos para estudiar la carrera de DT profesional. Al estar distribuidos en 15 provincias y contar con un curso virtual a distancia, le dan la posibilidad a los habitantes de todo el país de participar en las clases y obtener el título en dos años.



Actualmente en Argentina funcionan 40 escuelas de directores técnicos de fútbol, 39 presenciales y una a distancia, todas aprobadas por la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA), la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y la Federación Internacional de la Asociación del Fútbol (FIFA). La mitad de ellas se encuentran en Buenos Aires, mientras que Santa Fe cuenta con tres, Córdoba, La Pampa y Chubut con dos, y Chaco, Tucumán, Mendoza, Corrientes, Formosa, Misiones, Entre Ríos, San Juan, Río Negro y Neuquén tienen una cada una.
El plan de estudio de la ATFA consta de dos años. Una vez aprobado el primero, se obtiene la Licencia B (fútbol infantil), y tras terminar el segundo año se otorgan la A (fútbol juvenil) y la Pro (primera división y selecciones).
“No hace falta haber jugado en primera para convertirse en director técnico. El que no lo hizo, al menos pateó una pelota, y tiene el mismo derecho a dirigir que cualquier otro. Incluso puede tener más condiciones que algunos ex jugadores para dedicarse a esto”, asegura Salvador Pasini, entrenador y director de la escuela ATFA n° 197 de La Matanza, que sintetiza en pocas palabras la consigna de todos los cursos de formación de DTs. “Buscamos darle la misma posibilidad a todos, sin importar de dónde vengan”, explica, y usa a Ariel Holan y José Mourinho como ejemplos de técnicos que obtuvieron grandes logros sin haber jugado ni un minuto.


         Los primeros pasos de la escuela de La Matanza
La escuela encabezada por Pasini atraviesa su primer año de actividad. Las clases son dictadas en el club Banco Hipotecario de Villa Madero, donde asiste un total de 48 alumnos, entre los que figuran Pablo Migliore, ex arquero de Boca, San Lorenzo y Racing, e Ignacio Canuto, actual defensor de Tigre.
Pablo Goglino, subdirector del curso y entrenador de la quinta categoría de Independiente, cuenta que para formar el equipo docente, Pasini quería profesionales que se encontraran trabajando en clubes: “Cuando arrancamos, el Tano nos pidió gente que esté activa en el mundo del fútbol. Trajimos a un kinesiólogo y un psicólogo que trabajan en Independiente, ellos atienden a chicos a la mañana y a la tarde vienen acá, y al otro día vuelven a estar con los chicos. También está el árbitro Guillermo Rietti, que tiene más de 20 años de experiencia en el ascenso. Todas son personas que están en el día a día, nos actualizamos todo el tiempo”.  Así, en sólo un año los directivos de la escuela de La Matanza lograron cubrir con siete profesionales las nueve materias obligatorias del plan de estudio de primer año: Biología, Formación Física, Psicología I, Técnica y Entrenamiento I, Pedagogía y Didáctica, Táctica y Estrategia I, Lenguaje Futbolístico I, Reglamento y Arbitraje, y Administración y Conducción de Equipos. “Para que esto funcione tuve que hacer lo mismo que siendo DT: armar un buen grupo. Siempre tenés que contar con gente que sepa conformar un equipo y que entienda lo que querés”, analiza Pasini.

Años de experiencia en All Boys
Otra realidad es la del curso de All Boys, que desde 2007 tiene lugar en el Club Social y Deportivo Parque, en el centro de Villa del Parque. Entre sus 150 estudiantes se encuentran futbolistas como Emanuel Gigliotti, Lautaro Acosta y Fabricio Coloccini.
Además de la cantidad de materias que ATFA les impone en primer año, el curso dirigido por Eduardo González brinda clases de neurociencia y medicina. Ricardo De Angelis, secretario de la escuela, considera muy positiva la implementación de estos talleres ya que sirven y ayudan mucho en el día a día: “Es muy útil para lo cotidiano saber cosas como la ubicación de los huesos, o la forma correcta de hacer reanimación cardio-pulmonar”.
“Busco que los alumnos se puedan llevar las herramientas necesarias para manejar grupos y personas”, dice Gabriela García, quien se desempeña en el curso de All Boys hace 11 años como profesora de Psicología I y II, Pedagogía y Didáctica, Administración y Conducción de Equipos e Historia del Fútbol. “Tienen que darse cuenta que los futbolistas son, antes que nada, personas que están atravesadas por una familia, una sociedad, una cultura y un entorno que condiciona su comportamiento y, por ende, su rendimiento. Hoy en día no alcanza con ser bueno técnica, táctica y físicamente. Hoy llegan los más inteligentes y perseverantes”.
Adrián Del Río, otro docente de All Boys, cuenta que se focaliza en hacerle entender a los futuros entrenadores la importancia de saber cómo tratar con un niño: “El técnico tiene que saber medir sus palabras en frente de los nenes. Una simple frase puede hundir o elevar a los chicos, que son muy susceptibles a lo que les dicen sus superiores. También tiene que considerar que muchas veces vienen de ambientes complicados, ya sea porque viven en zonas carenciadas o porque tienen conflictos familiares, y en esos casos hay que saber ayudarlos para que disfruten al máximo y usen al deporte como un canalizador”.

La búsqueda del primer trabajo
En cuanto a la salida laboral, Goglino explica que no trabajan con clubes de manera directa debido al poco tiempo que pasó desde la fundación de la escuela. Sin embargo, Pasini suele ser consultado por las instituciones en las que dirigió para darles recomendaciones.
Por otro lado, en una institución ya asentada como la de All Boys, ya tienen cierta garantía de trabajo a corto plazo luego de finalizar la carrera. De Angelis cuenta que los clubes donde trabajó (Vélez, Huracán, San Lorenzo, Almagro, Comunicaciones, entre otros) acuden a pedir personal y le dan una salida laboral a los alumnos. “Al estudiar acá saben que están bien preparados y que tal vez la remuneración que les deban pagar no es tan cara como sería con otros técnicos”, concluye.

Diferencias entre jugadores profesionales, adolescentes e infantiles
El alumno debe estar preparado para poder asumir la responsabilidad de un plantel de chicos, juveniles o adultos. Para eso, la profesora García diferencia las formas en las que se debe dirigir un grupo según la edad de sus integrantes: “Hay que considerar las etapas evolutivas de cada persona. Los niños, al ir creciendo, van adquiriendo diferentes aprendizajes según los estímulos y los procesos realizados. Cuanto más chicos son, tienen menos capacidad de atención y concentración. También hay que tener en cuenta que hay nenes que aprenden observando, otros haciendo, otros analizando y otros sintiendo. Esto es muy importante a la hora de diseñar las técnicas para dar clases”.
Goglino también expone las distintas formas en las que hay que guiar a una persona según su madurez. Remarca que un DT de infantiles no puede dejar de saber el estadío en el que se encuentran sus dirigidos. A qué grado va en el colegio, cómo evoluciona a cada edad, cómo se conforma su familia, son factores indispensables para manejar un grupo lleno de niños. “Lo que pasa en las infantiles es que los chicos tienen una vida muy grande por fuera del fútbol, a diferencia de un profesional que, en comparación, tiene muchas cosas ya resueltas”, señala. Además, puntualiza en que no se les debe enseñar tanta técnica o teoría a tan temprana edad sin pensar en los demás factores: “En general, los chicos de infantiles van a la mañana al colegio, a la tarde corren en cancha de once, a la noche entrenan dos veces por semana en su club de Baby Fútbol, juegan el sábado en ese club y compiten el domingo otra vez en cancha grande. Son hasta nueve estímulos de fútbol en sólo siete días... Todo esto el entrenador debe saberlo y estar atento a cada detalle”.

 Aprender haciendo
No obstante, no alcanza con sólo hablarle a los alumnos y alumnas y esperar que aprendan la teoría mirando al pizarrón en un aula. Las escuelas de técnicos también cuentan con prácticas mediante las cuales hacen que los estudiantes implementen los conocimientos y los pongan a prueba.
De Angelis comenta que en el tercer piso del Club Parque tienen canchas donde se llevan a cabo los trabajos de campo, que considera largamente productivos: “Practican dirigiendo a los chicos de baby, es algo que siempre da buenos resultados y ayuda tanto a los nenes como a los adultos”.
En La Matanza, en cambio, no se quedan sólo con lo trabajado durante la cursada. “Tenemos teórico y práctico en campo, pero el alumno tiene que hacer a su vez prácticas afuera de la escuela, en clubes de AFA. Nos tiene que traer el trabajo y el certificado de que fueron. Es un primer año muy activo”, explica Goglino, y agrega que por la intensidad del curso hay que ir comprometido y no a “pasar el rato”.

La adaptación al avance de la tecnologìa
Otro tema al que las instituciones de ATFA no pueden escapar es la implementación de la tecnología en el fútbol. No sólo por el Video Assistant Referee (VAR), sino también por la utilización de cámaras, gps y demás artefactos que sirven de herramienta para los entrenadores.
Goglino revela que ellos ya dictan clases de materias relacionadas con la tecnología a pesar de que no se encuentren en la currícula, y detalla: “Empezamos por lo básico como word, excel, powerpoint, y después seguimos con animaciones”. Sin embargo, tanto él como Pasini advierten que no hay que darle más importancia a la ciencia que al punto de vista del entrenador. “Si usás cámaras, drones, gps, pero tu visión no sirve, no vas a saber usarla bien. En cambio, si tenés buena observación, la tecnología te ayuda encontrar defectos y virtudes tuyas. Mediante los videos podés confirmar tus aciertos y tus errores. Ahora, si creés que la tecnología tiene toda la verdad, estás equivocado.”, alerta el director.

Las escuelas ATFA de Argentina se encuentran en pleno desarrollo y por su crecimiento dejan ver un futuro prometedor. Goglino concluyó: “A principio de este año la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) inspeccionó todas las escuelas y se llevó una gran impresión. Nos hizo saber que vamos por buen camino y que debemos seguir enseñando con el mismo compromiso”.

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